Restauración del Cristo
En la década de los 90 se procede a la 1ª restauración de la Imagen. La restauración consiste en el tratamiento de la madera de la talla y la aplicación de pintura. Entre los meses de febrero y marzo de 2002, se realiza la 2ª restauración de la talla por medio de restauradores profesionales de la Catedral de Tarazona. Con esta restauración se le devuelve a la talla su estado original, destacando los dibujos dorados aparecidos en la tela que cubre el cuerpo de la imagen y los magníficos detalles de la anatomía del cuerpo (apréciese el marcado de los músculos y huesos así como las venas de manos y cuello).Los gastos de esta última restauración son aportados por la Parroquia de San Francisco, Obispado y la Cofradía. Desde aquí nuestro agradecimiento.
Restauración de la Peana.
En agosto de 2011 se procedió a la restauración completa de la peana acometiendo trabajos de saneamiento de toda la estructura. Se cambia la parte superior donde se apoyan las figuras y se aligera el carro metálico para una mayor comodidad al trasladarlo, pero el trabajo más importante lo realizan los restauradores María Perales y Demian Ramos.
En primer lugar se realizó una primera limpieza mecánica para eliminar los depósitos superficiales no adheridos a la superficie pictórica. Posteriormente se procedió a la eliminación por métodos físico-químicos de las capas de pintura, tanto presentes sobre la madrera como la purpurina oxidada presente en las zonas talladas.
En las zonas donde se evidenciaron faltantes del soporte provocados por traumas mecánicos y otros agentes externos de degradación se procedió a su reintegración volumétrica con el fin de dar continuidad de volúmen al soporte, saneándolo y nutriéndolo a la vez que se aportó resistencia mecánica.
Esto se llevó a cabo mediante el uso de una resina epoxidica termoendurecible, infusible e insoluble en disolventes; con unas características físicas que se ajustan al comportamiento mecánico propio de la madera.Dado que el oro holandés tiende a ennegrecer en ambientes excesivamente húmedos se procedió a la protección de la lámina para evitar el contacto de dicho material con la humedad y polvo ambiental, así como de los posibles roces derivados del uso procesional de la peana.